20130930

The sky is so vast and full of stars ★



El mundo no está en equilibrio, pero si para que lo esté tiene que haber una misma cantidad de dos cosas opuestas, cualquier persona con un mínimo de sentido común se daría cuenta de que ninguna de las dos cosas puede prevalecer por encima de la otra. Esto se aplica a las personas también, y el mensaje es claro: no podemos ser todos iguales.

Muchos se llenan la boca hablando de la paz, la igualdad y la humildad, pero no se dan cuenta que desde el momento en que menosprecian o se ubican por encima de aquellos que no sueñan con esos mismos ideales, ellos mismos alimentan al conflicto, a las diferencias y a la soberbia.

Aquel que destruye es menospreciado, no importa por qué lo haga. No importa si sus causas son nobles o lógicas, siempre salen con el mismo discurso de "puede hacerse por el buen camino". Mentiras.

Supongo que queda bastante claro que soy del tipo de persona que piensa que el fin justifica los medios. No siempre es así, no es algo absoluto, pero en la mayoría de los casos resulta funcionar de esa manera. No hay que confundirse, de todas formas: los medios no importan, siempre y cuando el fin sea respetable. A veces la gente piensa que los medios son inaceptables porque no se dan cuenta del rechazo que les produce el fin al que conducen esos medios.

De todas maneras, volviendo al principio; hay personas que nacen para predicar la paz, pero muchas de ellas no se dan cuenta de que esa paz se basa en silenciar la injusticia y hacer oídos sordos a cuestiones sutiles que, si uno se detiene a pensar en ellas, resultan obvias. Dejando eso de lado, y en el orden de que el mundo debería tender al equilibrio, también existe gente que nace para el odio.

Las personas que nacen en el seno del odio y viven todas sus vidas danzando en torno a él son los antagonistas por antonomasia. Son menospreciados de todas las formas posibles, siendo víctimas de aquello que el resto de la gente les critica a ellos. Pocos se dan cuenta de que, en un gran porcentaje de los casos, ese odio obedece a causas mucho más nobles que las de aquellos que piden la paz mientras miran hacia otro lado.

O también muchos de esos "pacíficos" miran a los que odian con el entrecejo fruncido y una sonrisa hipócrita pintada en el rostro, fingiendo lamentarse porque "pobres, nunca se darán cuenta de que viven por el odio".

En primer lugar, ya lo sabemos.

En segundo lugar, no necesitamos tu compasión y nos importa una mierda si te damos lástima.

Al menos somos capaces de ver el asco que es la sociedad que nos rodea -y desde lo profundo, no sólo desde cosas obvias como la pobreza o la muerte, cosas que cualquier imbécil notaría incluso antes de salir del vientre de su madre- en vez de sonreír y decir "está todo bien, todo va a salir bien" como los imbéciles como ustedes.

(Lo mejor de no tener reglas entre nosotros es que no quedamos como unos hipócritas, como cuando ustedes rompen las suyas propias. ¿A qué me refiero? Sencillo. Te puedo llamar imbécil sin sentir ni un atisbo de culpa porque está en mi naturaleza. En cambio, vos tenés que fingir que no te importa cuando en el fondo sabés que te morís de ganas de hundirnos en la lava ardiente.)
'Cause if I burn, so will you.