A mi vida se la tragó la nada.

Nos estamos desvaneciendo. Nos estamos quebrando, rompiendo, haciéndonos pedazos por los parámetros de la sociedad. Nos estamos perdiendo los unos a los otros. Somos fieles a cualquiera excepto a nosotros mismos. Ya ninguno de nosotros valora lo que el otro dice y nuestras sonrisas se transformaron en muecas de disgusto. Estamos caminando, haciendo equilibrio, sobre el hilo de la vida de nuestra amistad, mientras que abajo la ruptura y la muerte nos llaman a los gritos, saben que nos tendrán pronto, pero no calma su ansiedad. Las buenas intenciones son malinterpretadas y la tristeza ronda por nuestras mentes de modo constante. Ya no quiero vivir esto así, ya me cansé de que seamos todos personas tan desagradables y no tengamos en cuenta que deberíamos desear el bien del otro. Los estoy perdiendo a todos y cada uno, y la verdad es que a esta altura lo único que me interesa es que esto se termine, y poder alejarme. Mi cabeza es en este momento un lugar horrible para estar. No sé qué hacer, no sé cómo reaccionar, quiero tomar decisiones que no puedo poner en práctica y el arrepentimiento de acciones del pasado me está comiendo el cerebro. No sé si quiero cambiar o no, no sé, sólo sé que el año pasado mi vida era perfecta y este año es un asco, en todos los sentidos. No lo soporto más. Quiero que se termine ahora. El hecho de que la gente me importe tan poco me da ganas de llorar.