Te hice partícipe de un mundo al que no pertenecías. No te opusiste demasiado, pero al final estaba predestinado que en cuanto tu inconsciente pudiera ibas a huir. Te rodeé con unos brazos que te eran desconocidos, te susurré palabras que comprendiste, a pesar de que te hablé en un idioma que no sabías, y te permití llegar a mí, a sabiendas de que al final la que saldría perdiendo sería yo, sabedora de que en el último susurro sería yo quien me desarmaría por dentro.
No ghosts.
Publicar un comentario