Conversaciones. Largas.
Siempre había un tema, particular o general. Si no fuera porque somos humanas, habrían durado días enteros. Más bien, noches. Siempre se daban de noche. Eran
perfectas. Tocábamos cualquier asunto, tuyo, mío, del mundo. Nunca nos cansábamos. Perdí horas y horas de sueño en esas charlas, y te aseguro que
l o v a l i ó. Es hoy en día que digo
'daría mi descanso, mi vida en paz, por volver a esas conversaciones; te regalaría todas mis horas de sueño con tal de regresar a nuestra amistad conversada -una amistad que en su apogeo, de amistad tuvo poco, fue mucho más que eso- y seguir soñando despierta'
God help me.
Sácame de este lío mental, de esta
desesperación.
Tengo
miedo.
Terror a
llorar y no superarlo
nunca.
Am I so insignificant for you?
No ghosts.
Publicar un comentario