170 tazas dispuestas para todo aquel que tuviera un poco de corazón.
...
Yo no les pedí que se abrieran el pecho y los colocaran en ellas, quedando libres de toda compasión, fríos como una pieza de porcelana.
Podrían beber cuanto quisieran, el té era dulce, de frutos rojos, pero...
No ghosts.
Publicar un comentario