20101201

Quizás.

Ya pasó primer año. El tiempo se tomó su tiempo, pero finalmente echó a volar a toda velocidad.

Y durante ese indefinible lapso de tiempo, todos nos analizamos a nosotros mismos. Pensamos en quiénes éramos y quiénes queríamos ser. Tomamos decisiones, tanto intencional como inintencionalmente. Nos dimos cuenta de que algunas de nuestras decisiones pasadas estaban equivocadas, que no eran buenas para nosotros.

Y cambiamos. Conciente o inconscientemente. Cambios pequeños como la vestimenta y el corte de pelo, y cambios radicales, como el carácter, las preferencias, las formas de ver el mundo. Intentamos volvernos mejores personas... o no. Reflexionamos acerca de nuestras costumbres.


Y yo sé que no soy la misma persona que era a principio de año. Y estoy absolutamente segura de que esos cambios fueron para mejor. Nadie va a cambiar mi opinión respecto a eso.

Lo cierto es que pasaron muchas cosas. Para lograr este cambio profundo en mí tuve que pasar por cosas dolorosas, tristes, complicadas y confusas. Tuve que tener fe en mí y en los demás.

Pero el resultado fue bueno. A pesar de todo, las cosas salieron bien. Me volví más abierta y comunicativa, más expresiva. Más sociable. Aprendí que la gente no es lo que importa, si no que mis amigos lo son. Me valoré más por lo que soy en vez de entristecerme por lo que quisiera ser. Soy más despreocupada, menos paranoica. Veo más oportunidades, soy más optimista. Sonrío con frecuencia y naturalidad. Aprendí a hablar fluídamente, sin preocuparme por lo que diga; y a controlarme, quizás.

En fin. El cambio fue positivo, y eso es lo que importa.
'Cause if I burn, so will you.