-¡Pero si ustedes son magos, qué diablos! ¡Ustedes saben hacer magia! ¡Seguro que pueden solucionar cualquier situación!
Scrimgeour giró despacio la cabeza e intercambió una mirada de incredulidad con Fudge, que esta vez sí logró sonreír y dijo con tono amable:
-El problema, primer ministro, es que los del otro bando también saben hacer magia.
Y dicho eso, ambos magos se metieron en el brillante fuego verde de la chimenea y desaparecieron.
(C) J.K.Rowling.
No ghosts.
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