Me hacés seguir caminando, me hacés seguir corriendo ciega.
...
Lo perdí todo.
Lo perdí, lo perdí, lo perdí. Mi vida nunca fue una cama de rosas, pero tenía bastante, había estado trabajando mucho tiempo para lograr todo eso, y en un par de palabras lo perdí. Era un proyecto perfecto, iba en buen camino, yo lo sé. No había nadie jodiendo en el medio de la situación. Éramos dos, nadie más. Pero apareció la gente, sus pensamientos, sus prejuicios, sus formas de ver el mundo, y todo se arruinó. No entiendo.
¿Cuántas entradas como ésta escribí ya? Más de cincuenta, probablemente. No me importa. Y tampoco me importa si te molesta. Porque estoy harta de censurarme. Es algo que tengo que dejar de hacer. Tengo que expresarme, ser un humano como otros. Demostrar lo que siento, mostrar lo que me gusta y lo que no. Ser quien soy. Y necesito expresarme de forma semi-directa. Porque ya no puedo más.
Estás en la música. Estás en las fotos. Estás en los dibujos. Estás en la televisión. Estás en las películas. Estás en los libros. Estás en las historias. Estás en los lugares. Estás en los deportes. Estás en la ropa. Estás en los colores. Estás en los números. Estás en los juegos. Estás en mi vida. Estás en mi cabeza. Estás en todos lados. Siempre me las ingenio para encontrarte, para relacionar las cosas que me rodean con vos.
Y la gente no parece entenderlo. Son pocos los que comprenden DE VERDAD. Porque no vivieron lo que yo viví. No entienden lo que a mí me pasó. No entienden nada.
NO VIERON LA PERFECCIÓN.
No ghosts.
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