Un día, empezó a fluir con todo su esplendor. Sus aguas se volvieron turquesas y brillantes. Corrían como en ningún otro río.
De pronto, se detuvo. Sus aguas conservaron el brillo y esplendor, pero con el tiempo lo fueron perdiendo, hasta perderlo
En algún momento, volvieron a avanzar, algunos metros más, pero se detuvieron de nuevo y finalmente perdieron todo su color turquesa, todo aquello que lo hacía magnífico.
Con el tiempo volvió a correr. Pero ya no era especial,
Pero ya no tenía sentido.
No ghosts.
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