20101008

Cambios

Cambiar... quién habrá inventado esa palabra.
 Pero aún más: ¡quién habrá descubierto su significado!


El cambio es algo que sucede. Y no se puede detener. Una vez que comienza, ya nadie puede pararlo. Las razones suelen ser varias, pero una efímera razón ya provoca cambios. Un simple hecho en nuestras vidas y ¡paf! un cambio tremendo. Y quizás nosotros no nos proponemos cambiar. Y es en esos casos cuando el cambio tiene mayor fuerza. Porque cuando nosotros nos lo proponemos, somos nosotros quienes debemos forzarnos para producir el proceso de cambio. Y si no tenemos la fuerza suficiente como para detenerlo, ¿por qué íbamos a tenerla para producirlo?
Los cambios son una de las características principales de los seres vivientes. Todo aquello que nace, nace para cambiar. Y no hay tutía.
Entonces, ¿por qué tantas veces tememos al cambio? ¿Por qué nos aterrorizamos con sólo imaginar el hecho de ser diferentes a como somos?

Porque somos seres sociales. Nos conectamos con la gente. Participamos de sus vidas tal y como somos... o no. Y ellos evidentemente que nos van a juzgar. Porque también es una conducta humana. Juzgar lo que está bien o no. Juzgar lo que nos gusta o no. Juzgar con la vista. Juzgar con palabras. Y eso es también un acto que no podemos controlar. Podemos evitar decirlo, podemos evitar comentarlo, pero no podemos evitar pensarlo.
No existen los cambios positivos o negativos. Eso queda al criterio de la gente.
'Cause if I burn, so will you.