20100830

El plan que le sigue.

Estamos constantemente haciendo las cosas, terminando con unas para empezar con otras. A veces las terminamos antes de tiempo, o antes de lo deseado. A veces demoramos mucho más de lo esperado en terminar. Ambos hechos nos ponen molestos, irritados, frenéticos en ciertas ocasiones. Pero el punto es que cuando una cosa termina, siempre empezamos con otra. Mejor o peor, igualmente empezamos. Vemos nuestro camino, primero iluminado por el sol, y luego en tierras subterráneas, preguntándonos qué es lo que vamos a intentar ahora. Nos vemos cegados por la luz, y ciegos en la oscuridad. No sabemos hacia dónde ir, hasta que encontramos una puerta que se abre para dejarnos pasar. El hecho está en atravesar esa puerta para ver qué hay detrás, no temer a continuar el recorrido. Es complicado, se sabe. Muchas veces, la cruzamos sumidos en nuestros pensamientos, pensando en las reacciones que tendremos que tomar en un tiempo, un tiempo que muchas veces puede ser corto. Vemos a la gente y nos asustamos, tememos que se lleven lo que nosotros más amamos... hasta que nos damos cuenta de que ya se lo llevaron. Quizás, incluso, nosotros hicimos lo mismo. Le quitamos ese algo, a otras personas, previamente. En ese caso, ¿nos merecemos que nos lo quiten? Quizás. Quizás no. Es una pregunta de lógica humana y verdad objetiva que está escrita en el aire y cuya respuesta nunca llegaremos a saber. Y entonces, ¿qué hacemos? Comenzamos un nuevo proyecto. Intentamos involucrar otra gente, pero todo exactamente igual que antes. Sobreescribimos en los mismos lugares que utilizamos para aquel proyecto arruinado. Un proyecto viejo, que parecía ser perfecto, iba en buen camino, y nos emocionamos tanto, creímos que era tan perfecto, que se arruinó. Se destruyó, sólo nos dejó las lágrimas pintadas en la cara. Debemos olvidarlo, no pensar más en ello, y poner todo nuestro empeño en el siguiente proyecto. Y recordar los errores cometidos en el anterior. Lo sentimos como algo imposible, pero si le damos tiempo al tiempo, todo se vuelve posible. Si cierras los ojos, te encontrarás con un mundo de posibilidades.
'Cause if I burn, so will you.